En la Real Sociedad de Montanier era uno más. El Real Madrid desembolsó 32 millones + IVA por su traspaso. Tras el paso de Redondo por el club blanco, ha seguido primando ese estereotipo de jugador discreto, educado, de buena presencia física, con pinta de galán de telenovela o de poeta romántico. No molesta, no hace mucho ruido en el campo. No habla mucho pero sabe relacionarse con los que mandan. No ataca ni defiende, no toma responsabilidades, sus pases no suelen superar los 10 metros, no arriesga y cuando lo hace, falla. Con todo y con eso, a poco que le presionen, pierde balones. Se camufla bien, no desentona pero tampoco aporta prácticamente nada. Se suele acoplar a otro centrocampista (habitualmente de raza negra) que le hace todo el trabajo:
Redondo-Seedorf
Emerson- Mahatmadú Diarrá
Gago-Lassana Diarrá
Bernardello-N'Bami
Tziolis-Pape Diop
Como veis, no solo hay casos en el Real Madrid, pero abunda sobremanera. Los medios que les defienden tienen un argumento irrefutable: JUEGAN CON TODOS LOS ENTRENADORES.
Como nunca demuestran nada, a poquísimo que hagan, se les valora doblemente.
Bueno pues el Real Madrid ha decidido primar a jugadores como estos en una suerte de diabólica selección natural. Y lo que es peor. Otros jugadores que no respondían a este perfil se dan cuenta de que la forma de medrar en la Casa Blanca, es adoptar los manierismos antes mencionados.
Yo ya tengo radar para estos engañabobos y aspiro a que tú aprendas a identificarlos porque son muy nocivos tanto para el fútbol como deporte y para cualquier tipo de colectivo.
Pagar casi 40 millones de euros por el Illarramendi de la pasada temporada es descabellado. Pero si además empieza a adoptar los nefastos vicios que han lastrado el centro del campo merengue los últimos 15 años, alguien en el club (preferentemente el entrenador) debería tomar cartas en el asunto.
Makelele, Cambiasso y Lass Diarrá fueron expulsados por no cumplir los <<criterios de excelencia>> de un gran club. A jugadorazos como Cesc o Modric se les discute el pan y la sal. Es hora de que muchos se quiten la venda y otros muchos se atrevan a hablar.
Que no te tomen por tonto. Los que ahora se bajan del carro de los jugadores parasitarios, los han ensalzado durante años. Sólo cuando caen en desgracia, se van sus protectores en los clubes o hacen un ridículo espantoso en algún partido de responsabilidad, los dejan caer. Y no tienen excusa, nuestros protagonistas, juegan siempre igual (de mal).
Creo que este es el artículo más importante que he escrito y seguramente el más impopular. Pero a ti te gusta que te hablen claro ¿no?. ¡Pues a disfrutar del Clásico!.
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